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Refrescante, colorida y nutritiva, esta ensalada combina la frescura del pepino, la proteína vegetal del edamame y el toque dulce de las semillas de granada.
Lava el pepino. Córtalo en cubitos pequeños o en rodajas finas, según prefieras.
Si el edamame está congelado, cocínalo en agua hirviendo 3-5 minutos y luego enfríalo con agua fría. Escúrrelo bien.
Pica el cebollín o la cebolla morada en cubitos muy finos.
Lava y seca la menta y el cilantro. Pícalos finamente.
Si no tienes las semillas listas, abre una granada y extrae las semillas.
En un bowl grande, combina el pepino picado, el edamame cocido, las semillas de granada, la cebolla, la menta y el cilantro.
En un pequeño recipiente aparte, mezcla el jugo de limón, el aceite de oliva, sal, pimienta y, si deseas, la miel o jarabe de agave.
Vierte el aderezo sobre la ensalada y mezcla todo suavemente para que se integren los sabores.
Sirve inmediatamente o refrigera de 10 a 15 minutos antes de servir para potenciar el sabor.